José Luis Meiszner: "Ojalá esta Copa sirva para concretar la hermandad continental"




Secretario Ejecutivo de la Presidencia de la AFA, dirigente desde hace 40 años y presidente del Quilmes Atlético Club, el Dr. Meiszner asumió la conducción del Comité Organizador de la Copa América Argentina 2011. Con su experiencia de inspector de estadios de la FIFA, recorre los ocho escenarios distribuidos por el país y se entusiasma con la expansión del gran torneo que regresa después de 23 años.

-Todavía se conoce poco de la Copa. ¿Cuál es la situación actual?

-La Copa América en la Argentina es una cuestión institucional que la ocupa ya desde hace ocho meses, pero la disputa del Mundial no le permitió aparecer en el primer plano del interés mediático. Venimos trabajando con los gobiernos provinciales, primero con la inspección, de la que se derivó la necesidad de adecuar algunos estadios, visitamos el de San Juan, que se está construyendo, y nos hemos ocupado de que el de La Plata estuviera a tono con la magnitud de la fiesta inaugural. Hoy, terminado y sedimentado el Mundial, aparece la Copa como el evento más importante de selecciones. Entramos en el sprint final, en noviembre estarán definidas las sedes de los participantes y podrá conocerse la programación.

-Hay expectativas en los países vecinos de jugar en las sedes más cercanas. ¿Podrá ser así?

-Es posible complacer algunos de los requerimientos a través de la racionalidad y el sentido común. No será un fixture como tradicionalmente se hace, por algunas cuestiones atinentes a la vecindad, a la geografía. A modo de ejemplo, le digo que si hay una zona próxima a la Cordillera, parecería adecuado y lógico que Chile pudiera estar disputando sus partidos ahí. Y esto mismo vale para países limítrofes del Noroeste argentino. Habrá plazas asignadas por esta razón y otras se dirimirán a través del aspecto lúdico. El estadio de La Plata va a ser el más importante del país, aparecería como lógico que, además de la inauguración, Argentina y Brasil jugaran ahí algunos de sus partidos. Como también que la final se disputara en River Plate, el tradicional estadio de los eventos internacionales. También es una aspiración que Argentina camine por el país, que pudiera jugar en tres plazas.

-¿Los equipos se moverán o cada grupo estará en una zona geográfica?

-En un principio, las zonas para cada grupo van a ser: el Noroeste, con Jujuy y Salta; Cuyo, con Mendoza y San Juan; y el Centro, con Córdoba y Santa Fe. Esto no excluye un estadio para la final y uno para la fiesta inaugural y algún otro partido, como el de La Plata.

-¿Argentina jugará en el Centro?

-No está resuelto. No hay que descartar que utilice el estadio de La Plata y otros dos escenarios.

-¿Las ocho sedes ya son definitivas?

-Falta la inspección final para constatar las obras de adecuación. Son estadios que no se van a reciclar, se tienen que ajustar a servicios específicos, como los de la prensa. Algunos fueron inaugurados en tiempos en que los periodistas utilizaban lapicera y cuaderno. Hoy vienen con tecnología que requiere una infraestructura. Hay que hacer una serie de obras para adecuarlos a un evento de esta magnitud.

-¿El único estadio nuevo será el de San Juan?

-Si ve una fotografía del de La Plata, tendremos que hablar de otro estadio nuevo, porque el techo es apenas una de las obras. Tendrá un modernísimo piso con un césped que puede retirarse.

-¿Habrá modificaciones importantes en otras sedes?

-El de Jujuy va a contar con una importante obra en los servicios, vestuarios, un sector de plateas totalmente nuevo, comodidades para la prensa, pero la estructura básica, el anillo característico, va a permanecer. El estadio de Salta fue hecho hace diez años, ha superado todo tipo de pruebas y requiere muy pequeñas cosas. Hará falta un tratamiento muy profesional para que los campos de juego estén en condiciones. No debemos olvidarnos que será el momento del clima más frío en Argentina. Hoy la presentación de un campo se resuelve con un tratamiento intensivo en 120 días.

-El público en Argentina sigue a su selección, pero se interesa menos por las demás. ¿Cree que se llenarán los estadios?

-Esperamos que sí y para que esto ocurra tenemos que hacer dos cosas. La primera es llevarles la Copa, en el ámbito del territorio argentino, lo más cerca posible a cada uno de los participantes. Esto, más una organización de ventas con mucha anticipación en cada uno de los países, nos permite suponer un caudal de público acorde con la importancia del evento.

-¿Se cuenta con el compromiso de los gobiernos?

-Absolutamente, no solamente para la seguridad, también desde el punto de vista del turismo. Los gobernadores de las provincias están pensando en el residual que quedará. Casi todo el mundo del fútbol va a estar viendo esta Copa, lo que les permite a los funcionarios públicos saber que están vendiendo, en el mejor sentido de la expresión, una montaña, un mar, una cordillera, algo que de alguna manera el fútbol suele dejar como remanente cuando la fiesta se termina.

-¿Qué se les puede adelantar a los periodistas que viajarán?

-Se creó el Departamento de Medios y Comunicaciones, que estará en manos de periodistas, que son quienes conocen mejor de sus demandas y necesidades. No lo vamos a determinar nosotros, lo van a hacer periodistas profesionales que serán anfitriones de los periodistas que vengan para la Copa. En ese sentido, no vamos a fallar. Nuestra idea es presentar en noviembre a los integrantes de cada comité y ahí conocerán al responsable nacional de medios y al de cada una de las sedes.

-¿Se designaron otros miembros del Comité?

-No se han nombrado formalmente, pero ya están trabajando. Nos estamos contactando con responsables de la sanidad, de la seguridad, de los medios, de la
programación, el ordenamiento y tráfico de las delegaciones. Lo vamos a hacer con la presencia de dirigentes deportivos y de representantes del poder político, que son los que deberán proveer los servicios. Acabamos de alquilar una oficina en pleno centro de Buenos Aires, a 200 metros de la AFA, que va a ser la sede física del Comité, porque queremos darle autarquía e independencia a la Copa. Pronto estaremos armados para contribuir al servicio de quienes estén interesados en información.

-¿Qué le gustaría que dejara esta Copa?

-Haciendo una autocrítica, la Argentina tiene un déficit de estadios en cantidad y calidad para representar a una de las ligas más importantes del mundo. Tengo la esperanza de que esto nos sirva a los argentinos, dirigentes deportivos y dirigentes políticos, para darnos cuenta de que un estadio no es un montón de cemento puesto a disposición únicamente de estrellas que juegan. Es un rincón en el cual el poder político tiene a disposición la práctica deportiva, cultural. Y en la Argentina, por razones que desconozco, no ha habido un interés por la realización de estas obras. Esta Copa nos permitirá superar esa barrera. Gastar en infraestructura deportiva no es una frivolidad, es gastar bien. Yo leía estadísticas concluyentes: formar un atleta es mucho más barato que recuperar a diez chicos adictos. Devolverle a la cultura nacional el hecho de que hay que tener campos deportivos servirá para que recuperemos el tiempo perdido. Hemos podido mostrarle al mundo extraordinarios deportistas y hoy al mejor futbolista, sin embargo nos cuesta muchísimo poner a tono un estadio. Estamos distorsionados en lo que ofrecemos a nivel recursos humanos y a nivel infraestructura. Soy presidente de un club muy modesto (Quilmes), donde creen que lo más importante que hemos hecho es el estadio. Aspiro a que nos quede como sedimento de esta Copa esa misma convicción.

-¿Qué podrá ver la gente del exterior?

-No vamos a producir un acontecimiento espectacular. Nos conocemos, estamos más incorporados en Sudamérica que en otras épocas. No creo que nadie venga a descubrir algo nuevo, en todo caso vendrán a ratificar lo que creen conocer. A lo mejor sirve para lo que de alguna manera el deporte debe hacer y no siempre hace: extender una mano, hermanar, ser un buen anfitrión. Ojalá permita mostrarnos un poco mejor que la última vez que nos hemos visto. Esperemos ofrecer buenos campos, buen espectáculo, tener un comportamiento digno para lo que significa la hermandad continental. Si somos buenos anfitriones, si ponemos buenos campos de juego, si se puede televisar bien para todo el mundo, si no damos espectáculos desagradables y mostramos a nuestros atletas, que son los mejores del mundo, habremos cumplido con el objetivo y con el desafío que asumimos.